miércoles, 28 de enero de 2015

Miradas

Hay miradas que lo dicen todo, y otras que apenas dicen nada , o mejor dicho, no lo percibimos, porque hay miradas hasta de indiferencia.
Existen miradas de cariño, que muestran amor a 800 latidos por segundo , y miradas enamoradas que exaltan hasta la razón.
Hay otras miradas tristes y obsoletas , miradas cansadas por la desesperación y otras que esbozan lágrimas de desconsuelo en las que apenas hace falta mediar palabra.
Hay miradas ardientes y reñidas, que salpican fuego por los ojos de unas personas con ganas de pedir ''perdón'' , pero con demasiado orgullo como para hacerlo.
También hay miradas tímidas y enigmáticas , todo un mundo por descubrir detrás de unos ojos que lo más que muestran es desconfianza ante lo desconocido.
Miradas valientes y deseosas de luchar a contracorriente, de decir ''aquí estoy yo'' y ''cuenta conmigo'', miradas que transparentan el corazón de tantos héroes sin capa ni armadura.
Hay miradas gélidas, quebradas y atónitas ante el mundo, miradas sin un ''por qué'' ni un ''cómo afrontarlo'', porque tienen la vista cansada de mirar ante la vida.
Existen otras miradas impacientes e inquietas, que quieren saberlo todo y encontrar respuesta a todas sus dudas, viviendo en un constante signo de interrogación a veces inamovible.
También hay miradas sensibles y carismáticas, miradas que ni siquiera el beso de un abuelo o el abrazo de un amigo podrían sustituir. Porque esas miradas ya llevan implícito un mar de sentimientos infinitos y puros.
Hay otras miradas que, por alguna razón, nos parecen falsas y crueles. Miradas que inspiran rencores y miedos, que, aunque sin mala intención, se nos clavan en el alma como si de un ancla se tratase.
Existen miradas fuertes y perseverantes, tan importantes en esta sociedad , aquellas que asusten a los mangantes a sueldo que nos manipulan, y que amenacen a los ladrones de sueños.
Miradas humildes que reflejan el mar y los campos de Andalucía. Miradas trabajadoras que llevan a casa el pan de cada día, miradas enfermas de rutina y a la vez duras y constantes.
Hay miradas inocentes en cada niño de cada rincón del mundo, aquellas que llenan lo imposible de energía y fuerza vital y completamente ciegas de maldad.
Miradas de celos, miradas agotadas, otras frágiles y otras invencibles. Las hay intensas y emocionales, y otras tan frías que esconden misterios indescriptibles. Miradas rítmicas, afectuosas, inquietas y envidiosas. Miradas ausentes y apagadas, despiertas y dormidas...
En este infinito mar de miradas quizás no encuentres la que te defina exactamente, pero seguro que llevas en la mente alguna mirada que te abraza, te besa, te invita a bailar y a sonreir. Esas son miradas VERDADERAS, porque lo que las hace especiales es que se miran firmemente, sin importar el exterior ni lo que venga, que invitan a la locura y conducen a la libertad. Miradas y nada más.

Para amenizar esto os dejo una canción especial que quizás os cambie la percepción que tenéis de vuestras miradas y de las miradas ajenas. ''Cuando tus ojos me miran'' (India Martínez y Franco de Vita)