martes, 9 de agosto de 2016

CRÓNICA: Travesía de Sandra Carrasco, un viaje por el mundo sin levantar los pies del suelo.

El pasado domingo 8 de agosto, el pueblo de Calañas (Huelva) acogió en su recinto ferial a la artista onubense Sandra Carrasco, quien vino a traer su tercer álbum Travesía, un viaje por el mundo sin levantar los pies del suelo. Aunque muchos tocaron el cielo y la gloria se les quedó pequeña...


Caía la madrugada y pasada la una y media sonaba a capella la dulzura de Aspirina en la voz de Sandra Carrasco, tema que abre el nuevo disco y que dejó al público hipnotizado desde el segundo uno.

La artista hizo un recorrido musical en el que demostró que es capaz de cantar cualquier estilo de forma sublime. Así, interpretó con gran delicadeza y sensibilidad la canción Hojas de Otoño; impregnó de ternura el tema Un vestido y un amor (Te vi); llenó de fuerza y corazón el tango argentino con Quien pero quien, y las estrellas suspiraron de alegría al ritmo de Bossa Nova junto a ti, que interpretaba la artista Pepa Flores en la película Marisol rumbo a Río en el año 1963, y que ya, inevitablemente, ha vuelto a nuestra actualidad en la voz de Sandra Carrasco.

No faltaron temas en inglés como Fever, donde la sensualidad y la personalidad impregnaron el cuerpo y el alma de Sandra, quien a su vez lo reflejaba en cada una de las personas allí presentes, acariciándoles el alma con el suspiro de cada nota.

Tampoco faltó el sonido brasileño con Aguas de Março, pronunciada en cada sílaba con todo el carisma emergido de deseos y sensaciones profundas que a todos encandiló.

La artista continuó su viaje lingüístico encendiendo los corazones con una bonita versión del popular Bésame mucho, llevando el amor en los labios y la emoción en las miradas de los asistentes.

Y del bolero saltó a la copla por bulerías interpretando el tema Ojos verdes, en una sintonía de palmas y compás que por un momento se olvidaron los problemas y las alegrías surgieron solas.

La artista culminó su espectáculo cantando por seguiriyas, el flamenco más puro y verdadero jamás contado, una voz llena de raza y pureza que ni la luna de aquella noche superaría en belleza artística.

Sin embargo, toda esta Travesía no fue sola, sino que estuvo encaminada, mecida, guiada y acunada con toda la pasión y profesionalidad de unos músicos que se dejaron la piel en el escenario: a la guitarra, el son, el compás y el corazón de Rycardo Moreno; al bajo, el gusto, la sutileza y el talento de Iván Ruiz Machado; al teclado, la maestría, la sabiduría y el swing de José María Cortina, y a la percusión, el soniquete puro, limpio y enérgico de Kike Terrón.

Esto unido a la producción y coordinación de Álvaro Alonso y Lola Ballesteros, junto con la voz de Sandra Carrasco en una perfecta colocación vocal y espiritual, hicieron que el público vibrara en una extraordinaria armonía de aplausos y sentimientos encontrados.

En esta Travesía llena de magia pueden encontrarse además temas en diversas lenguas como Voglio Di Piú, en italiano, Txoria Txori, en euskera, y Merci Bon Dieu, en francés, tema que surge como primer single de este nuevo disco.

Fueron varias las personas que se acercaron al finalizar el concierto para preguntar por la venta de este nuevo trabajo. De momento no está disponible en formato físico, pero sí se puede adquirir en formato digital y muy práctico a través de su página web en el siguiente enlace: http://www.sandracarrascomusic.com/album/travesia/ 

El pueblo de Calañas vivió sin duda una noche mágica acariciada de música, arte y vida. Sandra Carrasco supo captar en todo momento la atención de los asistentes y entregarles lo mejor de sí misma: una artista comprometida, innovadora, talentosa, inquieta y llena de amor por la música en todas sus facetas.

Una noche memorable que sin duda será difícil de olvidar para todos aquellos que quisieron embarcarse en esta Travesía llena de sensibilidades y emociones sanas y sinceras.


Fotografía: Álvaro Alonso


Fati Pizarro.




viernes, 17 de junio de 2016

Tienes que votar

Tienes que votar...
Como ciudadano español y libre tienes que ejercer tu derecho al voto, aunque no te gusten los candidatos, aunque no te sientas identificado con cualquier partido, persona o institución, aunque te repugne todo el daño que nos han hecho y todos los sobres que se han pasado bajo la manga. Aunque no te creas sus mentiras, aunque sepas que no vamos a salir del hoyo tan fácilmente, aunque tengas dudas, incertidumbres y miedos... Pero tienes que votar. Y además, tienes que votar por segunda vez este año, porque los que deberían haberse puesto de acuerdo, ceder, y recortar en su orgullo y en sus propuestas descabelladas no lo han hecho. Los recortes sólo a los ciudadanos, acuérdate.

Tienes que votar y además tienes que volver a tragarte publicidad  electoral, actos de precampaña, programas dedicados al 26-J, carteles enormes de partidos en tu ciudad o pueblo, noticias insignificantes en los telediarios de las tonterías entre unos y otros, insultos, quejas y actitudes vergonzosas entre los que quieren representarnos.

Pero no sólo eso... tienes que votar y tienes que aguantar. Tienes que aguantar a gente, personas del mundo, como tú y como yo, con sus vidas, sus historias, con sus idas y venidas, gente del día a día que se desvive por sus razones políticas. Tienes que aguantar que intenten convencerte de votar a este partido sí, y a éste otro no. Tienes que aguantar que intenten absorberte la cabeza con sus ideas, que no son suyas, sino copiadas de los que se aprenden discursos y los vomitan en debates televisivos. Tienes que aguantar que no respeten opiniones, que vivan como antiguos en una pecera obstruida por su sinrazón, porque le han tapado los oídos al altavoz del corazón. Tienes que aguantar que te encasillen en cualquier partido o grupo sin preguntarte, sin preocuparse, sin informarse, llevándose a su terreno cualquier información mal estructurada y sin contrastar para dejarte en evidencia y ridículo. Tienes que resignarte y aguantar a gente joven totalmente sumergida en cualquier partido o asociación. Gente joven como tú, de tu edad o menor, intentando convencerte de que ''lo suyo'' es lo mejor, defendiendo una ideología que ni conocen a la perfección, porque están hartos de escuchar a los que les rodean, y nunca han tenido el valor de escucharse a sí mismos.

Tienes que votar. Y tienes que votar con razón. Tienes que votar como yo te diga. Yo, que entiendo más que tú. Yo, que soy totalmente diferente a todos y cada una de las personas que habitan en este país. Diferente pensamiento, diferente situación económica y social, diferente situación familiar y contexto... pero vota como yo y ganarás en estabilidad, en crecimiento, o en cambio y novedad, o en empleo, sanidad y educación... ganarás tú, ganarán tus padres, abuelos y bisnietos. Ganará España, y de los refugiados ya hablaremos...

Tienes que votar el 26-J. Y en tu día a día tienes que aguantar el mismo cansancio de siempre, el cansancio acumulado de la sociedad que prefiere resignarse y seguir tragando. Y tienes que pelearte con el vecino si él cree azul y yo rojo, si él dice A y yo digo B, porque recuerda que eso alimenta y da fuerzas a los que están en el poder para seguir inventando y maquinando a tu costa.

Sin embargo, la realidad es otra. La realidad es que tienes que votar tú, con tu situación económica, con tu sueldo o tu cartilla de paro, con tu posición social y tu lugar en el mundo. No eres la mayoría, eres tú. Tampoco eres tus amigos ni los que intentan colocarte en una posición que no entiendes.

El amor y la libertad son lo más grande de la vida, por eso vive y deja vivir, ama y deja amar, vota y deja votar. Porque ya no tenemos mucho más que perder... porque no sabemos lo que vamos a ganar, pero sí sabemos que somos habitantes, seres humanos y personas, ante todo, libres. Libres de corazón. 
Lo demás ya se andará...

domingo, 28 de febrero de 2016

Lo que ya sabemos

Hoy, 28 de Febrero de 2016 todos sabemos lo que tenemos y lo que somos. 
Todos nos sentimos orgullosos, porque sí, porque tenemos mucha suerte de haber nacido y crecido en esta tierra, por habernos formado aquí, por nuestras costumbres, por nuestras fiestas y nuestra forma de ser. Pero no todo es eso. Tenemos más cosas...

Tenemos calles, plazas y avenidas llenas de niños jugando, los mayores sentados al sol contemplando las maravillas del día a día. Adultos de paso, con prisas, con cosas por hacer. Personas empleadas en mil tareas y otras desempleadas sin parar ni un segundo.

Flamenco, luz, cante, una guitarra bien tocá y palmas a compás. Vidas llenas de soniquete en cada paso que damos. Arte para dar y regalar. Alegrías transformadas en gestos, miradas y palabras, y otras camufladas bajo tristezas y luchas de cada día.

Historias del día a día, de personas trabajadoras. Y otras muchas historias de personas que dejaron aquí plasmado su arte, su testimonio, su ejemplo, su vida. Nombres propios que resuenan en todo el mundo y que son nuestros, pertenecen a nuestro legado. Cantaores, pintores, escritores, periodistas, celebridades, artistas, actores, maestros... y todos aquellos que luchan cada día bajo el anonimato.

Tenemos al eterno Blas Infante, y a Carlos Cano. Al primero con su lucha incansable de respeto y amor a esta tierra. Gracias siempre maestro...
Al segundo con sus letras y canciones añorando tierra y libertad.

Tenemos campos verdes, rodeados de pueblos blancos construidos con historias de gente negra con corazones blancos. Tierra mojada de sal y azahar y kilómetros de playa que esconden secretos abismales y amores de verano.

Tenemos fiestas populares que llegan a todos los rincones del universo. Ferias y verbenas, Semana Santa, y Carnavales para reivindicar lo nuestro, y decir cantando aquello que nos duele, y hasta nos reímos de ello.

También tenemos una gastronomía espectacular, unos paisajes extraordinarios llenos de luz y color y miles de turistas que nos visitan cada año y nos admiran, y desean vivir aquí porque saben que no hay nada igual.

Tenemos carisma, educación, cultura, tesón, ganas de vivir, y mil sustantivos más que definen nuestra esencia.

Y todo esto que tenemos, lo sabemos y lo saben. Y cada 28 de Febrero lo recordamos. Pero también conviene saber y recordar que también tenemos otras cosas, quizás no tan agradables, pero que irremediablemente nos acompañan.

En Andalucía tenemos miles de emigrantes fuera de nuestra tierra, y otros muchos jóvenes que se marchan cada año buscando el progreso, el futuro y la prosperidad que no encuentran aquí.

Tenemos condenas de corrupción de gente que no somos nosotros, una Junta que no es Andalucía y a unos pocos con los bolsillos llenos y a todos los demás tragando y soportando.

Tenemos más de 5 millones de parados que nunca paran, y personas ineptas sin soluciones que se culpabilizan entre ellos, quedando siempre perjudicado el más pobre, el humilde, el trabajador.

Tenemos banderas escondidas en los cajones y otras inexistentes que no salen ni siquiera para manifestar y reivindicar lo nuestro.

Tenemos prejuicios que soportar y con los que romper, algunos muy antiguos que nos acompañan desde siempre, fruto de la envidia que transmitimos por lo que somos y lo que tenemos.

Tenemos tantas cosas en un territorio tan grande y tan concentrado a la vez, que a veces no lo valoramos. 

Tenemos muchas cosas increíbles y mágicas, pero nos han quitado y robado otras tantas, que solo nos queda seguir reivindicando, amando, trabajando, protestando, cantando, pidiendo tierra y libertad para que un día no muy lejano, volvamos a ser lo que fuimos.

Y si todo lo que te he contado lo crees increíble, imposible o difícil, prueba a imaginarlo, crearlo, construirlo y hasta... conseguirlo. Porque Andalucía es solo una y somos todos.

Felicidades a todos andaluces de sangre y de corazón. Sigamos en la pelea por la tierra más bonita del mundo.

sábado, 13 de febrero de 2016

¿Adultos?

A veces los adultos son peores que los niños, y eso da miedo porque ¿ellos son los que nos sustentan?, ¿son los que nos gobiernan?, ¿son los que trabajan por nuestro porvenir?, ¿son los que levantan el país?... En efecto, es así, o así debería ser. Pero entonces… ¿por qué en ocasiones hacen tantas tonterías? ¿Por qué muchas veces se comportan como niños?

He visto adultos culpabilizarse, echándose mierda encima unos de otros, intentando salvar su persona por encima de todo, salvado así su orgullo y queriendo llevarse siempre la última palabra.

He visto adultos culpabilizando a niños, por ser simplemente eso, niños. Reprochándoles, diciéndoles malas palabras. No riñendo, castigando y educando, no, eso es otra cosa.

He visto otros adultos hiriendo constantemente al prójimo, por no saber controlar la situación, por no saber reaccionar, por no saber reconocer sus fallos.

He visto adultos ciegos, no de visión, sino ciegos de actos y bondad. Adultos que no quieren ver las buenas acciones que los demás hacen por ellos, a los que todo les parece mal, los que todo lo ven mal, a los que todo acto ajeno les sabe a codicia y a envidia.

Adultos egoístas, dueños de sí mismos, queriendo llevar la razón, y si no lo consiguen… qué sabe nadie de lo que son capaces.

He visto adultos hiriendo con palabras, con gestos, con miradas a otros adultos y niños.

He visto adultos con hijos sin ningún control sobre ellos, maleducándolos con caprichos y contemplaciones, y a otros educándolos mal con palabras dolientes e insultos.

Otros adultos caprichosos con antojos temporales, antojos de todo lo material, chalets, perlas, móviles de última generación, todo lo nuevo, todo lo último y hasta… ¡un hijo! Total, por pedir… y pronto muy pronto en la ruina.

He visto adultos maltratando psicológicamente a sus mayores, sin visitarlos, o con visitas absurdas y tóxicas. Y los he vuelto a ver llorando su pérdida cuando, en vida, no hicieron nada positivo por ellos.

He visto otros adultos que no se aguantan ni a ellos mismos, y por consiguiente no aguantan a los demás. Dándose chocazos contra el quicio del estrés y la impaciencia. Amenazando con lo peor, dando gritos de la impotencia de estar sumergidos en un aburrimiento constante y de no tener el control de sus vidas.

He visto a otros muy preocupados por el futuro, por su futuro, por el de sus hijos y parejas, por querer ganar más y más, por querer progresar más y más. Siempre preocupados por lo mismo y ausentes de lo que pasa en el aquí y ahora, en el presente.

He visto adultos envidiosos, oscuros, tenebrosos, chivatos, atentos a cualquier movimiento para imitarlo, copiarlo y destrozarlo. Satisfechos con desmontar el trabajo ajeno para su propio beneficio. Adultos mediocres, que solo optan a conseguir algo de gloria viendo hundidos a los demás.

He visto a adultos que matan, ¡por dios que matan!... a personas del género opuesto (más de 50 mujeres asesinadas en el último año) y a otras personas sin más. Adultos que matan a sus bebés. Madres y padres, por llamarlos de algún modo, que maltratan a aquellos a quienes han parido.

Hay otros adultos poderosos, ricos de dinero y de control, que tienen la llave maestra para manejar a un país entero. Y los convencen, los engañan, juegan con sus sentimientos, les inducen sus falsas promesas, los coartan, los arruinan. Y a algunos los matan.

Adultos que nunca crecen, los que viven como niños, enfermos del síndrome Peter Pan. Aquellos que nunca progresan, que temen al cambio, a lo nuevo, a lo distinto, temen a la vida.

Adultos que inventan guerras, que cogen armas y matan. Adultos que matan incluso sin armas, con el arma más poderosa y también más peligrosa, la de la palabra. Adultos que inducen a sus hijos la violencia, los que insultan y agreden  a árbitros en los partidos de fútbol de sus hijos. Los que recomiendan que pegar es bonito, y se intentan justificar, y que luego se sorprenden por los casos de acoso infantil en las aulas. Y luego vienen las desgracias.

Adultos mayores de 18 años, adultos sin más. Adultos porque ese es su nombre, no por las condiciones que reúnen. Del mismo modo que no se es madre por haber parido, tampoco se es adulto por haber crecido. Hay adultos con edad de niños, a los que no les queda otra que ser adultos, desde siempre. Adultos que hacen la vida más complicada y la amargan. 

Del mismo modo, dentro de todo este montón de personas categorizadas como adultos, hay otros adultos que te ayudan, acarician la vida, te facilitan el camino, aman, escuchan y remueven el mundo por llegar a fin de mes, pensando en el futuro pero pisando el presente. Les diré ejemplos de estos últimos adultos, como no: mi madre, mi padre y mis abuelos.

¿Realmente sería mejor un mundo gobernado por los niños? 

Donde éstos tuvieran más peso, tomaran más decisiones, pensaran más por nosotros…
Muchos abrieron este debate, y mientras se decide y no… Vivamos recordando que los niños de hoy son los adultos del mañana. Adultos, de los de verdad.